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La astrología tiene diversas formas de aproximarse a la realidad social y personal. Una de ellas es a través de la verificación de “configuraciones planetarias”.
Sus significados nos darán orientaciones para ir conociendo desde lo más general a lo más particular de determinado personaje, veamos el caso de Sebastián Piñera Echeñique, Presidente de Chile.

A modo de resumen haré un extracto de post subido con fecha 15 de mayo de 2017, y solamente me referiré a uno de los dos puntos más sensibles de su carta, “La Cuchilla Cósmica y El Infortunio en el ASC”

El infortunio en el ascendente, representa a personas que tropiezan infinitamente con la misma piedra. Su camino se llena de obstáculos y trabas, las cosas se les ponen cuesta arriba, y una y otra vez se dan cuenta de que se equivocaron. Naturalmente, no terminan de entender que su «mala suerte» es producto de su actitud y terquedad.
Aquel que nace con el signo del infortunio en el Asc. tiene una marca a fuego en la frente, que le hace arruinar lo que podía haber tenido un final feliz. Relaciones que no funcionan y en las que se quedan pegado, amistades y asociaciones que no salen adelante en cuanto muestran su intransigencia, no saber escuchar y proyectos que se quedan atascados por su incapacidad de ver más allá… etc…

El presidente también tiene, lo que en astrología se denomina, CUCHILLA CÓSMICA:
Se trata de una figura tensa, de energía cerrada que oculta antagonismos, contrariedades e inconvenientes que suponen un alto consumo energético. Siempre aparece un impedimento fatal que dificulta la plena realización de sus ambiciones.
Aparece en individuos que tienen la suficiente fuerza para transformar las opiniones de su entorno. Siempre se aprecia en personas de espíritu inquieto que están dotadas de un deseo sistemático de penetrar en las cosas y que acaban viéndose en la obligación de luchar por sus ideas o su imagen. Suelen ser individuos que siempre intentan imponer sus criterios, por ello es corriente que vivan un especial rechazo.

Uno de los componentes de esta figura cósmica, la sesquicuadratura, señala desenlaces, acontecimientos en los que suelta lo que estaba sujeto o se muestra lo que estaba oculto, introduciendo discordia en una relación o trabajo que anteriormente estaba en buena correspondencia. Suelen ocurrir ceses o situaciones en las que debemos de dejar lo que estábamos haciendo, o dejar de desempeñar algún cargo o empleo, provocándonos una sensación de merma.